Necesitaba ingresar otra vez.Investigar. Saber qué me pasaba.
Cómo me recibía la virtualidad.
Ya lo sé.
¿Es Second Life un espacio para conectarse?
¿Para encontrarse?
Pues de momento clausuro mi experiencia aquí.
El futuro decidirá si esto cambia.
"Seguramente que no eres tu a quien conozco"
Tengo una lista no muy extensa de avatares. Pero ninguno de ellos parece conectarse nunca. Nunca experimenté tanta extranjería. Estoy en un mundo en el que nadie parece conocerme. Un perfecto extraño. Incluso para mí.
¿Qué planes tengo? Ojalá pudiera hacerme de alguno. Ciertos blogs que leía siguen ahí.



No existe mejor orgasmo en Second Life que cuando dos fantasías poderosas se entrelazan. Cuando una abraza a la otra y comienzan a compartir ese universo de deseos. Cuando el sueño de esa otra o ese otro se mezclan con el tuyo y comienzan a indiferenciarse. ¿Para tí Second Life es el cuarto trasero del mundo físico o una puerta mágica como el armario de Narnia? Este es mi sueño. El que quiero compartir. Ojalá me seduzcas con el tuyo.

Muchas veces leí, en diferentes post "lo único no programable en Second Life es el otro". Y esta última semana no hice más que pensar ¿qué es el otro en Second Life?. Detrás de cada avatar existe una persona de carne y hueso, moviéndolo. Pero ¿de qué clase de máscara se trata? Por empezar no tiene tu cuerpo. Ni tus gestos. Por más parecido que te fabriques, no es lo mismo. Además, los entornos nos invaden y nos transforman en otro tipo de personajes. Cuando conoces mucho a alguien, cuando pasas demasiado tiempo compartiendo cosas, vas capturando sus matices, aquello en lo que adivinas a quien mueve al avatar. Pero jamás lo conoces del todo. Más aún cuando se trata de un jugador avispado, que por cierto son los más atractivos. Claro que jamás podría atraerme alguien que utiliza a Second Life como un chat. Ayer leía el post de Napoleón Baroque y caí en cuenta que mucha gente, la gran mayoría, le teme a sus propias fantasías. A sus ficciones. ¿Seríamos nosotros sin nuestras ficciones? Lo cierto es que nos diferenciamos, sobre todo en el Metaverso, de acuerdo a cómo interactuamos con nuestras ficciones y fantasías. Lo que me atraen, y cada vez más, es la construcción de las mejores fantasías. Para el resto, mejor Real Life.
Joel Barish lo intentó. Es claro, siempre quedan rastros. Pero son privados.