jueves

Otra vida


Es un sitio precioso. Es mi refugio. Si en RL vivo en un departamento, en plena ciudad, SL me sirve para, sin abandonar casa, refugiarme en la imaginación de la naturaleza. Escribo. Escribo en RL mientras paseo en SL. Lo hago en un bloc de notas. Es como irme de vacaciones. Repensar mi vida. Divagar. Reencontrarme. Pensar de cuantos modos puedo ser yo. ¿Si algo como SL puede ayudarme a mejorar? Si me da paz ¿por qué no? Sólo que aprendo a diseñarme esos momentos.




Elijo lo que no quiero vivir, me aparto. Me preservo para aquello que me hace gustar de mí. Todo lo contrario al conformismo narcisista.



Ir abandonando la urgencia. Decimos que Second Life es otro tiempo, otra velocidad. Muy bien, pero ¿por qué tan rápido? Estoy intentando otra cosa. Ir más lento. Que el tiempo en mi metaverso (cada cual vive el suyo) sea mas relajado. Me pregunto ¿qué vida me gustaría realmente llevar? ¿Por qué cuando pensamos en experimentar con un software enseguida pensamos en narrativas con una estética cyberfuturista? Mi intensidad ahora es otra.

sábado

Orgasmo metavérsico

No existe mejor orgasmo en Second Life que cuando dos fantasías poderosas se entrelazan. Cuando una abraza a la otra y comienzan a compartir ese universo de deseos. Cuando el sueño de esa otra o ese otro se mezclan con el tuyo y comienzan a indiferenciarse. ¿Para tí Second Life es el cuarto trasero del mundo físico o una puerta mágica como el armario de Narnia? Este es mi sueño. El que quiero compartir. Ojalá me seduzcas con el tuyo.

jueves

Feliz

Tan

martes

Sólo tus fantasías



Muchas veces leí, en diferentes post "lo único no programable en Second Life es el otro". Y esta última semana no hice más que pensar ¿qué es el otro en Second Life?. Detrás de cada avatar existe una persona de carne y hueso, moviéndolo. Pero ¿de qué clase de máscara se trata? Por empezar no tiene tu cuerpo. Ni tus gestos. Por más parecido que te fabriques, no es lo mismo. Además, los entornos nos invaden y nos transforman en otro tipo de personajes. Cuando conoces mucho a alguien, cuando pasas demasiado tiempo compartiendo cosas, vas capturando sus matices, aquello en lo que adivinas a quien mueve al avatar. Pero jamás lo conoces del todo. Más aún cuando se trata de un jugador avispado, que por cierto son los más atractivos. Claro que jamás podría atraerme alguien que utiliza a Second Life como un chat. Ayer leía el post de Napoleón Baroque y caí en cuenta que mucha gente, la gran mayoría, le teme a sus propias fantasías. A sus ficciones. ¿Seríamos nosotros sin nuestras ficciones? Lo cierto es que nos diferenciamos, sobre todo en el Metaverso, de acuerdo a cómo interactuamos con nuestras ficciones y fantasías. Lo que me atraen, y cada vez más, es la construcción de las mejores fantasías. Para el resto, mejor Real Life.

jueves

Eternal Sunshine of the Spotless Mind



Joel Barish lo intentó. Es claro, siempre quedan rastros. Pero son privados.
Y se van empequeñeciendo con los días. Algo se los traga en mi.
Y mientras esas huellas se vuelven imperceptibles, proporcionalmente mi felicidad crece.
Algo hace que yo sea yo. Avatar o palabras, no importa.
Me doy la bienvenida, me siento maravillosamente mas liviano.