martes

Exilio

Es un equilibrio difícil: el programa plagado de simulación de entornos 3D de todo tipo que te alucinan, un avatar que absorve tu Yo hasta grados inimaginables, voces de otros avatares que plantean mil formas de estar en Second Life (¿es un juego o no lo es? ¿los avatares no piensan o sí lo hacen? ¿qué clase de vida social tienes en este software?), la secondblogósfera que funciona como house organ de estas formas de interacción... Second Life puede saturarte de información. Por eso a veces eliges el silencio.
El límite es ¿cuánto tiempo absorve de tu vida no-virtual? Todos sentimos esa sensación alguna vez. Caigo en cuenta que no se trata de apagar la máquina. Por el contrario, intento buscar otra información. Información que es diversión, pasión, aventura. ¿Quiero ser un burgués en Second Life? Qué va. No sé para qué estoy aquí, pero estoy para otra cosa.
Ya sé: hay avatares que prefieren no preguntarse nada. No hay un solo día en el que esta máquina no me haga pensar, sentir, me colme de emociones de todo tipo. También de aburrimiento, pero por suerte rara vez pasa. Jamás se me ocurriría abandonar. Prefiero saber qué es un autoexilio en el interior del programa.

Entonces veremos de qué se trata.