martes

Quién

Quién quisiste ser, que pudiste, de qué zonas tuyas te escapabas, cuáles utilizaste para armar tu puzzle de momento ¿qué importa? Qué trajiste aquí, que dejaste en RL, no tiene la menor importancia. Este instante único lo supera todo.






Ya fue, lo sé. Así sucede. Nunca sabemos. Estamos desequilibrados, un poco allá, otro poco aquí. Pero este momento es genial. Nos vemos desde nuestros avatares. Son lo que somos mientras mis brazos te rodearon.




RL se pierde detrás por un rato. Y otro remolino nos envuelve. ¿Qué nos queda? Saber que seguiremos regresando, utilizando nuestro nombre avatar, nuestro password y convertidos en pixeles durante unas horas.



Pero ese abrazo existió. Es pasado, no sabemos su suerte. Pero ahí estuvo. Ahí estuvimos. Y por el momento es lo único que quiero saber.


Dedico este post a G. L., por estas imágenes de intimidad irrepetibles. Y a Shuu & Mai, cuya estética narrativa intenté, por juego, imitar.